El Concept C, simple y minimalista, inspirará a los futuros Audi. Tiene rasgos de esos dos iconos desaparecidos. Leer El Concept C, simple y minimalista, inspirará a los futuros Audi. Tiene rasgos de esos dos iconos desaparecidos. Leer
Sin elementos que perturben o incomoden la vista, el Audi Concept C huye de las formas rebuscadas y barrocas, de alerones y pliegues que darían para que un experto en marketing llenase páginas de ampulosas frases. Al contrario, el coche se define por la claridad, la sencillez y el minimalismo. «Es un nuevo comienzo» asegura el CEO de la compañía, Gernot Döllner, de un automóvil que será la base de un futuro deportivo en 2027, aunque su misión es mucho más elevada. Por un lado, inspirar a los Audi del futuro. Por otro, ayudar a «dar forma a una marca capaz de despertar deseo y crear impacto cultural», en palabras de Massimo Frascella, director de diseño desde hace un solo año. Ahí es nada…
También por ello, su presentación mundial fue en Milán, porque durante siglos esta ciudad ha sido sinónimo de diseño y pocas ideas siguen inspirando tanto como las del Renacimiento.
Con cuatro metros y medio de largo y muy bajo, en el Concept C destaca la parrilla delantera vertical, frente a la tradicional singleframe mucho más grande y octogonal de los Audi actuales. También es vertical e inédita la firma lumínica. Habrá a quien el resultado le recuerde a prototipos de otras marcas como el Rolls-Royce Vision Next 100 Concept o al polémico Jaguar Type 00. Y dentro de la historia de la marca alemana, al Union Type C.
Aunque el guiño más rotundo se dirige precisamente a dos Audi icónicos descatalogados hace muy poco: los deportivos TT y R8. Las semejanzas son evidentes en la vista lateral, con una altura de hombros elevada y llantas que parecen más grandes de lo que son (tienen 21 pulgadas). O en una trasera redondea donde la luneta trasera se reemplaza por tres branquias. Éstas forman parte de una especie de cápsula donde se esconde el gran secreto del Concept C, que surge a golpe de botón: su techo metálico retráctil. Sí, es un roadster y el primero en Audi que prescinde de una capota de lona.
El interior mantiene los rasgos minimalistas, casi arquitectónicos, con un volante doblemente clásico por su forma redonda y por estar jalonado de controles físicos que suenan con un inconfundible «clic» mecánico cuando se accionan. De hecho, destaca la robustez e inmediatez funcional de todos los mandos. Se trata de que no haya las mínimas distracciones y de que el conductor «solo vea lo que quiere ver en cada momento». Por eso, la pantalla central multimedia de 10,4 pulgadas está oculta hasta que se despliega a nuestra voluntad.
Como la parte mecánica está en un segundo plano, solo ha trascendido que el coche será 100% eléctrico, basado en la última plataforma premium diseñada para esta tecnología (la PPE) en el Grupo VW y que la batería tendrá disposición central lo que, dado su peso, ayudaría a lograr una mejor dinámica.
A finales de 2025 Audi habrá lanzado 20 nuevos modelos en apenas dos años, lo que la convierte en la marca premium con la cartera de productos más jóvenes. Y la siguiente oleada arrancará con un modelo de acceso 100% eléctrico que se fabricará en Ingolstadt a partir de 2026.
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