Solemos usar ‘fantoche’ para descalificar a alguien grotesco, ridículo o neciamente presumido, a veces también para quien va vestido o maquillado de forma estrafalaria; de ahí que muchos lo confundan con ‘fantasma’ en su sentido de persona jactanciosa, pero comparten solo el arranque fan- y no tienen parentesco etimológico.
La primera vez que fue recogido en un diccionario oficial en español fue en la edición de 1925, cuya acepción era un simple ‘títere’, en referencia al muñeco articulado manejado con hilos o varillas, y nos llegó a través del francés fantoche (de igual significado), que a su vez procedía del italiano fantoccio, término que designaba un muñeco, un pelele o un espantajo y que se relacionaba con fante “muchacho, criado, soldado de a pie”, heredero del latín infans, infantis “niño, infante”. De fantoccio deriva también fantoccini, plural italiano que en inglés se usa para hablar de marionetas.
No fue hasta mediados del siglo XX cuando el término fantoche empezó a utilizarse para hacer referencia a un individuo grotesco y desdeñable.
Aunque parecen palabras sinónimas, ambos términos provienen de raíces etimológicas diferentes y tienen significados distintos.

Aunque parecen palabras sinónimas, ambos términos provienen de raíces etimológicas diferentes y tienen significados distintos.
Solemos usar ‘fantoche’ para descalificar a alguien grotesco, ridículo o neciamente presumido, a veces también para quien va vestido o maquillado de forma estrafalaria; de ahí que muchos lo confundan con ‘fantasma’ en su sentido de persona jactanciosa, pero comparten solo el arranque fan- y no tienen parentesco etimológico.
La primera vez que fue recogido en un diccionario oficial en español fue en la edición de 1925, cuya acepción era un simple ‘títere’, en referencia al muñeco articulado manejado con hilos o varillas, y nos llegó a través del francés fantoche (de igual significado), que a su vez procedía del italiano fantoccio, término que designaba un muñeco, un pelele o un espantajo y que se relacionaba con fante “muchacho, criado, soldado de a pie”, heredero del latín infans, infantis “niño, infante”. De fantoccio deriva también fantoccini, plural italiano que en inglés se usa para hablar de marionetas.
No fue hasta mediados del siglo XX cuando el término fantoche empezó a utilizarse para hacer referencia a un individuo grotesco y desdeñable.
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